Una leyenda popular relata que Aleramo, marqués del Monferrato, fundador de la familia de los Aleramici, nació en Acqui Terme durante una peregrinación.
Huérfano de sus padres, Aleramo se enroló en el ejército y entró en la corte del Emperador Otón I.
Allí conoció a Adelasia, hija del Emperador, y entre los dos surgió muy pronto una pasión incontenible. Incapaces de contarle su amor al Emperador por miedo a que este rechazara el matrimonio, los dos jóvenes escaparon a las tierras natales de Aleramo.
Aquí, sin embargo, él no se vio capaz de vivir sin luchar nunca más y regresó al ejército a escondidas. Cuando Otón I tuvo conocimiento de la situación, quiso encontrarse con el valiente joven y decidió perdonarlos...
Narra la leyenda que a Aleramo le fueron concedidas entonces tantas tierras como hubiese sido capaz de cabalgar durante tres días y tres noches sin detenerse.
El nombre MONFERRATO deriva de haber usado un ladrillo (mun) para herrar (frà) el caballo que había perdido el casco durante su largo camino.